Rodrigo Fresán, Jardines de Kensington
El estallido cultural
El palacio de cartón
Tres poemas sin titulo ni autor
El terapeuta en los tiempos de cólera
Sólo para locos
El silencio de Dios
Albert Camus
Depende
Incomunicadores
La intelingencia de las manos
Haikus arbitrarios
Aquello que no
Las otras miserias
La estrategia del tiempo
No tan santa
Cerebroless
Un arco iris nada especial
Haiku/s arbitrarios
Micro-Circo
Herido
Adviento
S/T
El Pudor
Freak Piercing
Final García
Hora de juego
Mírame mucho
La rigurosa asimetría de lo bello
Imágenes paganas
Solo para locos

Presidentes transitorios, gobernadores feudales, intendentes perpetuos.

Legisladores sin banca moral y banqueros sin ley alguna.

Sindicalistas excedidos de peso y pesos.

Suprema de jueces.

Militares acogidos en obediencia divina -perdón- debida.

Casta dirigente.

Honrosas excepciones.

Todos sabemos quiénes son y cuánto nos aprecian aquellos que jamás intentarán hacer nada que vaya más allá de una puesta en escena del eterno y burdo sainete psicótico, en el cual lo que sucede nunca es lo que nos ofrecen a la vista.

El silencio de nuestra mirada legitima la farsa.

Incorregibles en el autoengaño, nos corroe la culpa de querer creer que "esta vez, por ahí, sí...".

Espectadores de la propia tragedia, hacemos de cuenta que olvidamos el principio según el cual "cada ente obra de acuerdo a su esencia"; y no, a sus promesas.

Si la realidad nos pinta la cara y se cansa de tocarnos el traste, habrá que hacerse cargo. O no...Siempre tenemos la opción de ser declarados insanos o inviables.

Es mas, ya lo están haciendo.

Guillermo Bogani, 13 de Marzo del 2002
Publicado en leedor.com