No negociar la dicha posible.
No aceptar un lugar en el fondo, ni siquiera del cielo.
No hacer de la conveniencia lo más conveniente.
No buscar refugio en el dolor.
No responder a la invocación del miedo.
No dejar el mañana en manos del mañana.
No instalarse en el fracaso.
No vivir juntando basura en el hueco que nos dejó el corazón.
No vestirse de fiesta en la miseria.
No desdecir lo que abruma a la mirada.
No alojarse en el mal menor.
No sonreír sin consecuencia.
No concurrir a la desdicha.
No dejar de anunciar el milagro.
No confundir causa con reivindicación.
No despertar al afortunado que aún sueña.
No convalidar el trato de seguir siendo deshonestos.
No volver a pronunciar tu nombre
Guillermo Bogani
Publicado en leedor.com