Rodrigo Fresán, Jardines de Kensington
El estallido cultural
El palacio de cartón
Tres poemas sin titulo ni autor
El terapeuta en los tiempos de cólera
Sólo para locos
El silencio de Dios
Albert Camus
Depende
Incomunicadores
La intelingencia de las manos
Haikus arbitrarios
Aquello que no
Las otras miserias
La estrategia del tiempo
No tan santa
Cerebroless
Un arco iris nada especial
Haiku/s arbitrarios
Micro-Circo
Herido
Adviento
S/T
El Pudor
Freak Piercing
Final García
Hora de juego
Mírame mucho
La rigurosa asimetría de lo bello
Imágenes paganas
Roberto Elía, Hora de juego, por Guillermo Bogani

(...) todo el mundo utiliza el broche para colgar la ropa, sin reparar para nada en él. A este instrumento se lo hace funcionar en otras coordenadas y suena de otra manera, y hace sonar todo de otra manera (R.E.)

Es en el fracaso de cualquier texto que intente echar luz sobre su obra donde su obra se ilumina.
Breve como un haiku, una sola palabra mal puesta eclipsa el sentido.

Son frágiles los objetos de este 'artista integral'. Elía juega y reglamenta su juego. Seria, estrictamente. Como los chicos crea, organiza y establece vínculos nuevos. Señala, significa, construye con materiales abusados de sentido para llegar hasta ese mundo propio y propuesto. Hay que mantener a raya las asociaciones adultas/adúlteras al contemplar sus trabajos.

'Recuerdos de África' evoca en mí 'El gran vidrio' de Duchamp. Un gran vidrio resuelto con una economía de recursos materiales y simbólicos que únicamente puede permitirse quien en el proceso ha dejado sólo lo esencial a la vista.

Elía desecha las adjetivaciones. Es sustantivo. No yuxtapone, despoja. Provoca silencio. Persevera en su intento infantil de escribir en el cielo.

Nota: Con extraño pudor y exquisita adecuación al neo-conceptualismo vigente, ninguno de los invitados a reflexionar sobre la muestra de R.E. en el Centro Cultural Recoleta menciona la belleza. Parece que cataloga mal.

Hugo Mujica, poeta y sacerdote, es la excepción que establece la caducidad de esta tácita regla:

El misterio cobijado en el misterio
revelado:
el resplandor de lo bello
el relámpago sin sombras.


Guillermo Bogani
Publicado en zonamoebius