Rodrigo Fresán, Jardines de Kensington
El estallido cultural
El palacio de cartón
Tres poemas sin titulo ni autor
El terapeuta en los tiempos de cólera
Sólo para locos
El silencio de Dios
Albert Camus
Depende
Incomunicadores
La intelingencia de las manos
Haikus arbitrarios
Aquello que no
Las otras miserias
La estrategia del tiempo
No tan santa
Cerebroless
Un arco iris nada especial
Haiku/s arbitrarios
Micro-Circo
Herido
Adviento
S/T
El Pudor
Freak Piercing
Final García
Hora de juego
Mírame mucho
La rigurosa asimetría de lo bello
Imágenes paganas
Las otras miserias

Lo espectacular de la masiva miseria econòmica que se (y nos) contempla a diario en lo que va quedando de país, tiende a dejar en un còmodo y còmplice segundo plano a "las otras miserias".
Menos groseras y más inmediatas, pero nefastas en su permanencia. Casi invisibles al ser solapadas y socialmente inimputables.
Estoy hablando - y cito sòlo un caso - de "la miseria de los justos". De aquellos que viven estableciendo, regla en mano, cuánto han dado y cuánto se les dará a cambio.
No trampean. No estafan la letra. Pactaron capital e intereses y a ello se remiten.
Inexorables e impiadosos en la mora, libran una guerra santa cuyos soldados disparan cartas-documento reclamando lo estrictamente adeudado. Ni más, ni menos.
No son entidades bancarias ni crediticias, sino maridos y esposas, padres e hijos, novios, amigos, familiares o compañeros que jamás confundirán un contrato afectivo con la entrega generosa que presupone el simple amor.

Dan asco.
Más aún que los grandes, burdos, y evidentes grupos de miserables conocidos por todos.
Mucho más asco.


Guillermo Bogani, 05-07-2002
Publicado en leedor.com