1.
Se habían reunido
para verme saltar sin red,
sin alas,
sin razón,
sin espacio.
Se encontraron
para rozar la caída,
anunciarla en sus ojos,
presentirla
en cada pulso del aire.
Querían verificar hipótesis
corroborar datos
sacar la conclusión pertinente.
Los vi temblar y desear.
Mi sangre
-advertida-
se apiadó de nosotros.
Y no saltó.
2.
Ver
esos ojos
desplomados,
me obliga a pedir perdón
por no tener
un pañuelo limpio
en donde resguardarlos
de su lamento inmóvil.
3.
Mi madre, la lluvia, ha muerto.
O debiera decir simplemente
que cesé de llover.
Mi padre, el bosque, agoniza.
O debiera escribir solamente
que ha llegado el otoño.
Mi amada, la niebla, se viste de oro
y llamas o debiera callar
que ha llegado la Luz.
La Luz, siempre desnuda, la que engarza.
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Establecer imprecisiones. Abandonar al lector a su lectura. Sin referencias, inexorablemente categóricas, como "título" y "autor".
Imprudente ejercicio de libertad. Ensayo.
Acaso un ladrillo menos en la pared, una flecha más en la niebla.
Guillermo Bogani
Publicado en leedor.com