Rodrigo Fresán, Jardines de Kensington
El estallido cultural
El palacio de cartón
Tres poemas sin titulo ni autor
El terapeuta en los tiempos de cólera
Sólo para locos
El silencio de Dios
Albert Camus
Depende
Incomunicadores
La intelingencia de las manos
Haikus arbitrarios
Aquello que no
Las otras miserias
La estrategia del tiempo
No tan santa
Cerebroless
Un arco iris nada especial
Haiku/s arbitrarios
Micro-Circo
Herido
Adviento
S/T
El Pudor
Freak Piercing
Final García
Hora de juego
Mírame mucho
La rigurosa asimetría de lo bello
Imágenes paganas
No tan santa

Buena parte del cine argentino -devenido Nuevo Cine Nacional- no puede, no sabe o no quiere terminar de despojarse de sus vestiduras.
Arropado desde siempre en la sobreactuación (por desaforada marcación actoral y/o por pudor de señalarle a Alcones o Darines que dejen de protagonizarse a sí mismos) se disfraza de sugerencia y ambigüedad para concluir en este caso con un multialabado acto fallido: "La Niña Santa".
Repleta de buenas intenciones, transcurre como cansada de todo y exhibe un altivo desdén a eso que supone viejas fórmulas. Confundiendo austeridad con medios tonos y prudencia con escasez, obliga al espectador (avezado o no) a un exasperante ejercicio del como si.
En su intento de ir hacia las antípodas del lugar común, termina rebotando en lo ya visto.
Avanza por impulsos. Propone y -al mismo tiempo- desdibuja una trama profunda y compleja. Malogra la intensidad de lo que promete en contenido y significancia.

Lucrecia Martel quiso testimoniar mucho diciendo poco. Y lo obtenido fue -precisamente- poco. Salvo, claro está, la estupefacción del público frente a su celebradísimo (por la crítica) "final abierto".
Abierto a la sospecha de que resulte imposible concluir aquello que nunca comenzó plenamente a suceder.

Guillermo Bogani
Publicado en leedor.com