Ambigüedad. Refinamiento. Torsión.
Apuntes sesgados de un asesino serial
atravesando los arquetipos de la niñez.
Fractura del cuerpo de sentido.
Equívoco de cadencia.
Perseverancia de la herida.
Virtuosismo y sigilo. Superficie del abismo.
Línea entinta. Signo y opinión del color.
Como quien espía por el ojo de una cerradura que -inevitablemente- recorta, fracciona y fascina; aquello que nos es dado a ver son campos de batalla, escenarios devastados en donde la belleza está sola.
Karavokiris iconoclasta las imágenes, habita otro tiempo y pinta lo que no suele ser dicho: toda infancia es apátrida. Y sus dioses, paganos.
Guillermo Bogani
Publicado en zonamoebius